SOMATIZAR EN LA PINTURA


Cielo Donís
Artista plástica. Profesora de Artes Visuales en la Universidad Anáhuac (México)

¿Realmente podremos hacer que nuestra  psique  se somatice en la pintura y no en nuestro cuerpo? Empezando por el significado de “somatizar” se entiende que es convertir de manera inconsciente los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos y funcionales.
            El tema de la somatización, lo separaría en dos caminos, el camino de la somatización dolorosa y la autocompasión y el camino de la somatización dolorosa pero resiliente. Yo me encuentro en el segundo camino.
            En ocasiones un artista no tiene de inmediato claridad de todo lo que quiere comunicar  para pintar, esculpir, grabar o cualquier actividad artística que desarrolle y más aún en sus inicios, cuando se es muy joven, ya que la somatización es de manera inconsciente. Pero de alguna forma siempre hay ese fuero interno que nos guía y provoca  junto con las vivencias, el entorno, las ideas que posteriormente plasmaremos y a su vez nos ayudará para crecer como artistas, como lo que somos: seres humanos sensibles.
            Para mi gusto el arte, entre otras cosas, debe de servir para evolucionar, crecer, aportar, reflexionar y dar luz aunque se traten de temas oscuros aparentemente. Recordemos que sin luz no hay sombra y a la inversa, coexisten para poder existir.


CRÓNICA DE EXPERIENCIA PERSONAL

En mi experiencia, hablando de luz y sombra, muy joven me aquejaba un Linfoma de Hodgkin en cuarto estadío, con infiltración en médula, hígado y siete tumores presionaban mis órganos internos del tórax. Cuando me dieron la noticia fue como echarme un balde de agua helada, no comprendía bien lo que pasaba pero sabía que era algo muy grave, el rostro del doctor me lo indicaba así como mi “yo” interno. Lejos de enojarme lo tomé como un reto. Me parecía casi imposible que a mis veinte años me pasara algo así. Esperaba todo del mundo para mí y descubrí que el mundo era yo.  Sólo yo… Tenía que enfrentar quimioterapias muy agresivas, recaí a los seis meses y el doctor creó una quimioterapia especial para mí. Fue en México, él estaba en el área de investigación, viajaba a Alemania con frecuencia  para  preparase más y aplicar los nuevos conocimientos adquiridos. Cosa que agradezco profundamente. Yo sentía que mi vida era como agua entre mis manos, que por más que las apretara se iba escurriendo poco a poco hasta casi desparecer de las mismas. Llegó el día en que viví o, más bien, dejé de vivir en el plano terreno por microsegundos, no sé cuánto tiempo pasó, simplemente miraba desde el techo de mi habitación mi cama con  mi cuerpo desmayado y débil. Veía cómo entraba mi madre afligida, rodaban lágrimas sobre sus mejillas pálidas y con voz baja me preguntaba que si deseaba algo. Yo inmóvil no podía emitir sonido alguno, la oía pero no podía ni mover una pestaña fue cuando percibí una sensación muy agradable detrás de mí, estaba como flotando y había un atisbo de luz amarilla suave pero muy cálida que me hacía sentir mucha paz y desaparecieron todos los dolores, como por arte de magia, estaba feliz pero por segunda ocasión entró mi madre para ver si necesitaba algo y eso me hizo regresar, observar su angustia y desesperanza combinadas con un profundo dolor supe que no podía irme. Así es que con todas mis fuerzas intenté regresar a mi cuerpo, se me hizo eterno, luché mucho hasta que lo logré y… ¡aquí estoy! Sin lugar a dudas fue un gran aprendizaje. A partir de ahí cambió mi vida por completo. Mi hondo agradecimiento. Me acercó con determinación al arte y a lo espiritual.

EL CAMINO HACIA EL ARROJO INTERNO: EL RITO


Estudié más sobre el catolicismo, el hinduismo y el budismo. Tuve la oportunidad de convivir con monjes budistas en Nepal y observar cómo pintaban sus mandalas. Entendiendo su complejidad significativa como lo es el propio diseño del macrocosmos y el microcosmos que proviene de los libros vedas. Me explicaron sus procesos técnicos así como su significado espiritual. Es un rito. Pintar es un rito. Todo es muy importante, pero aprendí a respirar para pintar. Cambia tu estado mental. Necesitas iluminación en tus pensamientos para poder entregar en tu trabajo algo con real significado. Desde entonces pinto diferente, me retroalimentó cuantiosamente.

Zurcidora de mi propia  vida/ Cielo Donís / Temple veneciano y óleo sobre lino / 80 X 80 cm
 Comprendí también que el dolor físico sublima al espíritu. Entendí el tema de la autoflagelación en la práctica en religiones como la católica, me hizo sentido muchas cosas que nunca imaginé. Así es que, entre otras, me aproximé a la investigación de la arteterapia y encontré temas muy interesantes que ya aplicaba sin saberlo de manera intuitiva.

Nada me detendrá / Cielo Donís / Acrilatos y pigmentos / 70 X 90 cm

Existen grandes estudiosos del tema específicamente sobre Psicología, Terapia Gestalt, Arte Terapia, precursores y pioneros como Sigmund Freud y Jung, por ejemplo, así como André Bretón, padre del surrealismo. Yo hablaré desde mi vivencia personal como artista y las múltiples somatizaciones de las que he sido cómplice. Es una necesidad y placer para mí pintar, no lo hago exactamente como terapia, es un requerimiento existencial desde que nací pero no me aleja de somatizar mis pensamientos. Lo que he buscado, es que antes de que afecte mi cuerpo pueda expresarlo, plasmarlo o somatizarlo en el lienzo en blanco. Cosa que ha sido prácticamente imposible. Ante el dolor físico o mental me doblego para posteriormente  pintar expulsando todo mi resquebrajado fuero interno para así compartir mi experiencia que acaba siendo siempre un gran aprendizaje. Me considero una persona de naturaleza resiliente.

LA ARTETERAPIA

Pero comenzaré por hacer un breve recorrido sobre la historia de la arteterapia para entender mejor los procesos creativos en estados alterados. Estos estudios son relativamente recientes. La obra más seria y formal es de Susan Hogan, aunque hay que mencionar que se reduce a una investigación particularmente en exclusiva de la Gran Bretaña. Así es que aunque está muy bien documentada y es impecable académicamente hablando, es limitado a personas de esa región, pero hay otros autores como M. Junge y P. Asawa (EEUU), o Judith Rubin, que tiene a bien experiencias paralelas en Canadá, Países Bajos, Francia y Alemania. Concluyendo éste tipo de terapia se nutren de muchas tierras y se ha desarrollado en diferentes países de todo el mundo hasta la actualidad y va en crecimiento. Digamos que tuvo un auge o importancia a partir de la Primera Guerra Mundial.
            Se acuña en 1942 por primera vez como “arteterapia” por Adrian Hill (Reino Unido) quien era un pintor que descubrió el valor terapéutico del arte cuando padecía tuberculosis. Veía la necesidad de expresión creativa como un “instinto de salvación” profundamente arraigado de la psique humana. Fue trabajador muy persistente hasta lograr el apoyo y reconocimiento de la British Red Cross Society  (La Cruz Roja) por ejemplo, publicó varios libros, entre otras aportaciones. Se creó la British Association of Art Therapist (BAAT) donde se impulsó su visión, estudios y práctica y por irónico que sea, fue finalmente de manera injusta condenado al ostracismo. Hay muchos autores posteriores sobre el tema y existen actualmente diversas asociaciones dedicadas a la arteterapia.

            Sandra Rospigliosi Tudela, alumna de Sally Skaife, por ejemplo, hace una serie de clasificaciones sobre los “modelos” de Arte Terapia donde los agrupa en Arte Terapia de Estudio, Psicoterapia de Arte, Psicoterapia Analítica de Arte, Terapia de Artes Expresivas, Arte Terapia de Grupos Temáticos, Cognitiva, Transpersonal e Interactiva de Grupos.  Pero mencionaré que el resultado de la práctica y de la contemplación de las bellas artes sobre la mente, las emociones y el cuerpo humano se sabía desde tiempos remotos, prácticamente en todas las culturas, desde las pinturas rupestres de Altamira (que ya tenían una técnica pictórica completa: pigmento + aglutinante), así como pasando por todas las culturas ancestrales como China, la India, Egipto, Culturas Prehispánicas, tibetanos, africanos, entre otros. No hay nada nuevo, sólo maneras nuevas de interpretación y aplicación. Es muy amplio y casi interminable el tema. Yo me apegué a mis experiencias para dar mi visión desde el punto de vista de una artista. Me resulta muy interesante el arte como una manera de sanación espiritual, donde libera los demonios interiores para sanar cuerpo y mente. Es lo que yo llamaría “la magia misma en acción”. Pero como mencioné, es casi imposible somatizar directamente del bastidor a la creación de la pintura, en mi caso. Tiene que pasar por la mente y el cuerpo, construyendo un puente entre vivencias, emociones, concepciones, dolor, sufrimiento, y enfermedades para finalmente sublimarlas a la creación, al arte mismo. Esto nos hace que nos entreguemos por completo, lo que me conduce a afirmar la frase de Paul Cézanne la cual dice: “No se trata de pintar la vida, se trata de hacer viva la pintura”. El arte es y será el sostén de la humanidad. Es lo que nos significa y nos reivindica y será sempiterno. ¡Que viva el arte!

Falso autorretrato con hija inexistente / Cielo Donís / Óleo sobre tela / 30 X 40 cm



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